La Sacerdotisa y el Sabio de la Vida
La sacerdotisa representa el misterio, la feminidad, la plasticidad de la naturaleza y su mística incognoscible, representa a la mujer en su esencia y en toda su potencialidad, la realidad misma expresada; es la Sacerdotisa quien protege todos los secretos del mundo interno, siendo ella el origen de la vida, y del mundo externo, la mente, pues es ella quien cría a las generaciones; es ella quien por intuición conoce y es puente hacia las grandes fuerzas celestes y manifiesta todo lo que fue o puede llegar a ser, su astro por excelencia la luna, en sus 3 fases visibles (creciente, llena y menguante) representa lo que son los 3 aspectos de la divinidad femenina, a saber: La doncella, la madre y la anciana traduciéndose en sabiduría receptiva, fértil y reflexiva; es ella quien da forma a las potencias del logos a través del dolor y el amor. El Sabio de la Vida representa al hombre culminante, aquel se vuelve testigo y presencia, pues en su camino ha aprendido, ha crecido, se ha integrado concientemente a la realidad, pudiendo navegarla en la sincronía y darle enfoque; en su simpleza, en las marcas del dolor, en la templanza y voluntad, en la incesante reflexión de si mismo y la onda de consecuencias, que afectan al todo, de sus actos, encontró lo que anima su interior, aquella potencia creadora, emblema de genios y sabios, encontró la pureza de la idea, aquella que es símbolo del todo, la semilla que entra a la tierra para en su seno nacer de nuevo a un plano diferente y es prototipo de todo cuanto el hombre sabe o puede saber.
La Sacerdotisa y El Sabio de la Vida, son los arquetipos de un hombre y una mujer culminantes, trascendentes, pues en su unión, la unión de la potencia creadora masculina y la plasticidad formadora femenina, se encuentra el secreto de la vida, vida en diferentes niveles, pues no solo puede dar nacimiento a un ser físico independiente, sino que también puede dar nacimiento a una nueva forma de realidad, pues por separado ya encontraron una nueva forma de vivir la realidad, llegando a ser quienes son.
Ambos llegan a ser estos arquetipos a través de la búsqueda, consciente o inconsciente, pero son el resultado de un profundo entendimiento de la Multidimensionalidad que representa el ser humano, siendo a la vez animal, ser racional, espiritual,emocional, bestia, místico, social y diverso, en diferentes combinaciones y formas; pero al conocer la esencia de la unidad, presente en todas y cada una de la manifestaciones, se vuelven una entidad integradora, ya no tratando de ser o de negarlo, sino mas bien siendo, abrazando la aventura de la vida, que es como el mar, entendiendo que la tristeza producto del dolor, es como el fondo del mar, oscuro y basto, pero origen del todo y lleno de tesoros ocultos a la vista, además de silencioso y profundo, por lo cual es ideal para la reflexión, tratar analizar porque llegamos a ese sentimiento, para comprenderlo sin juzgarlo y buscar la forma de transformarlo; en cambio la felicidad es como las olas, imponentes, hermosas, poderosas, re-vigorizadores, pero efímeras y ahí radica su belleza en las pequeñas dosis que la hacen especial; la alegría es el impulso que nos mueve y el dolor el volante que nos guía y en su justo equilibrio se encuentra la unidad, el centro que trasciende a las partes que lo forman; por el eso el ser humano trascendente dirige concientemente su existencia hacia donde puedan manifestarse plenamente y compartir su plenitud.
Libro Reflexiones y Pensamientos de un Aprendiz. Edición 2019. Pág 226

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